|
|
|
" UNA TÉCNICA DE MEDITACIÓN "
En un lugar calmado sin perspectivas de ser molestados nos sentamos en la postura o nos tumbamos cómodamente, con ropas sueltas. Se trata de conectar con esa parte de nosotros que es pura energía vital, el ordenador se hace consciente de la electricidad que lo sustenta. . .
Y en los humanos, este enchufe que nos une al todo
esta en la
respiración... Así que primero tomamos
contacto con ella; inspiramos profundamente reteniendo el aliento unos
segundos y luego expulsamos el aliento forzándolo para que no quede
ni un ápice de aire en todo el cuerpo...
Retenemos un poco al vacío, 2 o 3 segundos,
y volvemos a tomar un aliento profundo más intenso que el anterior,
reteniendo unos segundos al lleno y repetimos esta operación unas
siete veces... Luego relajamos la respiración, permitiendo que tome
su propio ritmo, mientras nos relajamos, viajando con nuestra atención
a los pies y las piernas, dejándolas flotar con el aliento que sale...
Al inspirar recorremos acariciando mentalmente nuestra espalda,
abdomen y tórax, dejándolo flotar con
el aliento al salir... Y volvemos a inspirar hasta las manos y los brazos
dejándolos desprenderse con calma al exhalar. Por último
recorremos la cara y cabeza y soltamos la frente, la lengua y la mandíbula.
..
Ahora nuestro cuerpo flota sin peso, y nuestra mente
en calma, algunos pensamientos que pasan son como nubes rápidas
en el cielo, y nosotros ligeros y atentos dentro de nosotros, sintiendo
una calma gozosa, disfrutando de estar ahí... Entonces volvemos
nuestra atención hacia la fuente de la vida, que es un agujero sin
tiempo - la dimensión vertical - que se abre en el intervalo entre
el aliento que acaba de salir y el nuevo que aún no ha comenzado
a entrar. Para esto, el ritmo respiratorio tiene que estar muy lentificado,
por ello hay que entregarse a las alas del amor... Así que empezamos
a mecernos en el vaivén del aliento, al espirar nos dejamos ir como
si cayéramos de espaldas en un agua gozosa en la que flotamos y
el siguiente aliento llega como un soplo amoroso que te empuja suavemente
como una ola tibia, y vuelves a entregarte con el aire que sale como si
estuvieras en los
brazos de tu amante o amada, con una confianza total,
sintiendo el aliento que sale como una caricia. Cada aliento es como una
ola suave en una playa desierta y templada llena de magia y maravilla.
Nos damos cuenta ahora de que el siguiente aliento viene por si solo desde
afuera, trayéndonos un fresco y nuevo soplo de vida, como un regalo,
como un beso de vitalidad que te regala todo el Universo, estas haciendo
el amor con él todo y sientes su luz,
su éxtasis y su misterio, y cada vez te entregas
y te abandonas mas, y entonces entre el aliento que sale y antes de que
venga uno nuevo (si tiene que venir) se abre un abismo sin tiempo, si entramos
y nos fundimos en él, entonces los secretos son revelados, hemos
vuelto a la fuente; a casa...
En cualquier caso aunque nuestra atención sea aún débil, o la tensión acumulada sea excesiva, esta meditación sienta muy bien y uno se encuentra después alegre y lleno de energía. La meditación se termina volviendo a inhalar con fuerza y volviendo a recorrer mentalmente todo el cuerpo ordenándole despertar sin dejar de respirar profundo.
No levantarse bruscamente para evitar mareos, etc.
Agosto 92
|
|
|