CAPITULO  16

 
 
 

" UNA TÉCNICA DE MEDITACIÓN "
 
 

En un lugar calmado sin perspectivas de ser molestados nos sentamos en la postura o nos tumbamos cómodamente, con ropas sueltas. Se trata de conectar con esa parte de nosotros que es pura energía vital, el ordenador se hace consciente de la electricidad que lo sustenta. . .

Y en los humanos, este enchufe que nos une al todo esta en la
respiración... Así que primero tomamos contacto con ella; inspiramos profundamente reteniendo el aliento unos segundos y luego expulsamos el aliento forzándolo para que no quede ni un ápice de aire en todo el cuerpo...
Retenemos un poco al vacío, 2 o 3 segundos, y volvemos a tomar un aliento profundo más intenso que el anterior, reteniendo unos segundos al lleno y repetimos esta operación unas siete veces... Luego relajamos la respiración, permitiendo que tome su propio ritmo, mientras nos relajamos, viajando con nuestra atención a los pies y las piernas, dejándolas flotar con el aliento que sale... Al inspirar recorremos acariciando mentalmente nuestra espalda,
abdomen y tórax, dejándolo flotar con el aliento al salir... Y volvemos a inspirar hasta las manos y los brazos dejándolos desprenderse con calma al exhalar. Por último recorremos la cara y cabeza y soltamos la frente, la lengua y la mandíbula. ..

Ahora nuestro cuerpo flota sin peso, y nuestra mente en calma, algunos pensamientos que pasan son como nubes rápidas en el cielo, y nosotros ligeros y atentos dentro de nosotros, sintiendo una calma gozosa, disfrutando de estar ahí... Entonces volvemos nuestra atención hacia la fuente de la vida, que es un agujero sin tiempo - la dimensión vertical - que se abre en el intervalo entre el aliento que acaba de salir y el nuevo que aún no ha comenzado a entrar. Para esto, el ritmo respiratorio tiene que estar muy lentificado, por ello hay que entregarse a las alas del amor... Así que empezamos a mecernos en el vaivén del aliento, al espirar nos dejamos ir como si cayéramos de espaldas en un agua gozosa en la que flotamos y el siguiente aliento llega como un soplo amoroso que te empuja suavemente como una ola tibia, y vuelves a entregarte con el aire que sale como si estuvieras en los
brazos de tu amante o amada, con una confianza total, sintiendo el aliento que sale como una caricia. Cada aliento es como una ola suave en una playa desierta y templada llena de magia y maravilla. Nos damos cuenta ahora de que el siguiente aliento viene por si solo desde afuera, trayéndonos un fresco y nuevo soplo de vida, como un regalo, como un beso de vitalidad que te regala todo el Universo, estas haciendo el amor con él todo y sientes su luz,
su éxtasis y su misterio, y cada vez te entregas y te abandonas mas, y entonces entre el aliento que sale y antes de que venga uno nuevo (si tiene que venir) se abre un abismo sin tiempo, si entramos y nos fundimos en él, entonces los secretos son revelados, hemos vuelto a la fuente; a casa...

En cualquier caso aunque nuestra atención sea aún débil, o la tensión acumulada sea excesiva, esta meditación sienta muy bien y uno se encuentra después alegre y lleno de energía. La meditación se termina volviendo a inhalar con fuerza y volviendo a recorrer mentalmente todo el cuerpo ordenándole despertar sin dejar de respirar profundo.

No levantarse bruscamente para evitar mareos, etc.

Agosto 92



 
 
 
 
 

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