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" El Sembrador de Estrellas "
Corría el año 1990. Un maestro
y amigo había venido a la isla a dar un cursillo de chamanismo. Yo le conocía
de desde hacía unos diez años antes, pues había hecho varios cursillos con él.
Este maestro, al que llamaremos el chamán, había sido iniciado en México en
el ritual del Peyote, por unos indios de la Tradición Azteca.
El chamán nunca
había visitado la isla en la que yo residía (Ibiza), sin embargo, sí que había
dirigido algún trabajo en Formentera. Así que, aprovechando uno de estos
cursillos, le organicé una charla en Ibiza, a la que asistió numeroso público,
que le pidieron que hiciera un curso en nuestra isla.
El curso tuvo mucho éxito, y
muchos de sus participantes quisieron mantener el trabajo, por lo que el chamán
me solicitó que dirigiera una reunión semanal para mantener el trabajo
interno.
En el grupo que dirigí cada
semana había una pareja que se mostraron muy interesados en probar el Peyote. E
invitaron al chamán a pasar unos días en su casa de San Miguel para que
dirigiera una sesión con el cactus sagrado.
El chamán accedió y se
concretaron unas fechas. Yo fui invitado como intermediario de toda la operación.
El chamán llegó en la fecha señalada
y nos reunimos en la casa de San Miguel donde se iba a realizar la experiencia.
El chamán se presentó con su mujer, que no iba a participar en el Mitote
(Ceremonia del Peyote). Así que éramos la pareja anfitriona, el chamán y yo.
Como a las cinco o las seis de
la tarde, el chamán nos reunió y nos dio una serie de instrucciones. Debíamos
haber mantenido un ayuno previo, pues es muy normal vomitar tras la toma de la
sustancia sagrada. Después comenzó a darnos unas bolitas negras que nos explicó
que las hacían los indios con el jugo del Peyote hervido y clara de huevo. El
sabor era tremendamente amargo, y había que chupar lentamente para que se
ensalivara bien, y así, evitar la náusea.
Al cabo de un rato, el chamán
nos metió a los tres en un coche, y nos llevó hasta Santa Eulària, según él,
para ver si éramos capaces de ver los "capullos luminosos" de las
personas de la calle mientras subía la cosa... No vimos ningún
"capullo"; Al menos no "luminoso". Sin embargo, sí que nos
empezamos a poner nerviosos, y deseábamos volver a la casa del campo. Así lo
hicimos, y en el viaje de regreso el chamán nos siguió dando más bolitas de
Peyote, y al llegar a la casa payesa nos dio un par de botones naturales a cada
uno. Yo fui masticándolos más lentamente, pues eran más amargos aún que las
bolitas.
Para entonces, los tres estábamos
ya en pleno subidón, y el chamán de nos reunió en la parte trasera de la casa
donde había una pequeña hera redonda de trillar el grano. El anfitrión de
la casa llevó allí varias mantas, cojines y velas. Así como
instrumentos musicales, tambores etc.
Perdimos la noción del tiempo,
y nos sentamos en postura de meditación, y estuvimos cantando mantras mientras
nuestro cuerpo, se iba convirtiendo en una especie de temblor, y una atmósfera
mágica y sobrecogedora empezó a envolvernos.
En un momento determinado, el
chamán comenzó a hacer imposición de manos. Cuando me tocó a mí, yo estaba
sentado en postura de meditación, y él chamán se colocó de pies poniendo sus
manos sobre mi coronilla. En aquel momento yo me sentía como un filamento por
el que atravesaba la electricidad de la tierra hacia el cielo, y del cielo hacia
la tierra. Traspasando e iluminando todas mis células. El trance continuó
incluso cuando el chamán ya se había alejado.
No sé cuánto tiempo transcurrió,
pero se fue haciendo de noche, era abril, y a pesar de las mantas en las que nos
envolvíamos empezó a hacer bastante frío. El chamán había desaparecido,
posiblemente habría ido a ver a su mujer que permanecía en el interior de la
casa. Y la anfitriona se levantó y se fue también. Entonces el anfitrión
comenzó a recoger las cosas. Yo, me levanté para ayudarle, y levanté la
mirada hacia arriba: me sorprendió una extraña luminosidad en el despejado
cielo nocturno; una especie de niebla luminosa, y me quedé mirando
atentamente... Vi unos puntos de luz que se movían en el cielo, dejando una
estela que se convertía en niebla luminosa que se movía lentamente hacia
nosotros. Llamé al anfitrión de para que viera aquello. Nos quedamos los dos
mirando: la niebla se movía silenciosamente hacia nosotros, y varios puntos de
luz se movían extrañamente en el azul de la noche.
De repente escuché un extraño
sonido. Era algo así como (yunm-yunm), que se repetía siguiendo dos notas
musicales. Miré a mi amigo para ver si él era testigo de lo que yo estaba
viendo. Nos miramos asombrados, y yo, consciente de que estaba ante un fenómeno
extraordinario, alcé mis brazos hacia el cielo, mientras repetía el sonido
como un mantra..."Yunm-Yunm"... entonces me sentí como una cosa
insignificante, y caí al suelo de rodillas, pegando mi frente en la hierba.
Las luces brillantes comenzaron
entonces a disiparse, pero la niebla algo menos luminosa seguía acercándose
hacia nosotros. Entonces llegó el chamán, y excitados les señalamos aquel fenómeno.
El se quedó mirando también perplejo, hasta que la niebla se disipó por fin
del todo. Quedamos los tres extrañados, pero debido al efecto del Peyote apenas
podíamos comentarlo. Ninguno de los dos había escuchado sonido alguno.
La sesión continuó en el
interior de la casa bajo la luz de las velas. El chamán se retiró y yo quedé
descansando tumbado en el suelo. Entonces empezó el viaje interior...
En mi interior comencé a ver
estrellas y galaxias. Yunm era una entidad espiritual, un príncipe cósmico
cuya función es ir sembrando de vida las estrellas. Significaba que una nueva
fase vital estaba en camino. Un ser galáctico estaba abriendo nuevas
dimensiones y nuevas espirales en nuestro ADN. El mismo ser que había sembrado
la vida en la tierra y sembraba ahora nuevas estrellas. También significaba el
nacimiento de un nuevo yo dentro de mí mismo. Todo esto se me revelaba en
inconcebibles y imágenes de galaxias, supernovas, universos vivos y cambiantes.
En un momento vi a Yunm como un ser radiante medio divinidad medio
extraterrestre, todo esto, en medio de una sensación de amor infinito, cósmico,
divino. Algo nuevo iba a nacer dentro de mí o dentro del planeta Gaia.
Pasé toda la noche en vela, con
este tipo de visiones hasta que al llegar el amanecer, me fui a ver salir el sol
en un monte junto a la casa. Más tarde comenté a la visión con los demás
participantes. El anfitrión había visto lo mismo que yo, pero no había oído
sonido alguno. Y el chamán sólo había divisado una niebla extraña, cuando ya
se estaba disolviendo.
Cuando volví a mi casa en la
ciudad me encontré con mi ex mujer, y le comenté lo sucedido. Le dije que me
había pillado un colocón tan grande, que había visto a hasta
"marcianos". Le conté lo de los objetos luminosos, echándole la
culpa a la potencia del Peyote. Pero, cuál sería mi sorpresa cuando me dice:
¡Pero... ¿Has visto el periódico de hoy?! Fui a comprar el periódico y allí
estaba la noticia. Un ovni había sido visto la misma noche de la experiencia
del Peyote... ésta era la noticia:
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“La Prensa de Ibiza”
viernes, 20 de abril de 1990, pág. 7.
Avistado un ovni en la carretera
de Santa Eulària.
Redacción
Santa Eulària.-Varios vecinos
de Santa Eulària manifestaron ayer haber observado la presencia de un objeto
volador no identificado (OVNI) a medianoche, en las inmediaciones de la
carretera de Eivissa a esta localidad.
Según indicaron testigos
presenciales del avistamiento a “La
Prensa de Ibiza”, el objeto estaba formado por dos nubes aparentemente
gaseosas que más tarde cambiaron de forma, surgiendo en los extremos de cada
una de ellas una potente luz. Ambos objetos se alejaron luego entre sí en
sentido opuesto: uno tomó dirección norte y el otro dirección sur.
Mientras fueron visibles, los
dos objetos fueron cambiando su forma moviéndose lentamente. Al parecer, no
emitían sonido alguno.
Los
receptores de radio de los automóviles que circulaban por el lugar sufrieron
interferencias pocos segundos después de desaparecidos, según añadieron las
mismas fuentes.
La pregunta es: ¿Porque si
nadie escuchó un sonido, yo escuché nítidamente de dentro y fuera de mí
mismo el sonido "Yunm" siguiendo dos notas musicales? Un sonido, que
cada vez que lo repito en meditación, me lleva a un estado expandido muy
particular dentro de mí. ¿Qué significado tiene, para mí, que no creo en las
coincidencias? ¡La primera vez en la vida que tomaba Peyote y... ¿coincide con
la primera vez que veo un Ovni?! ¡Demasiada casualidad!
En aquel entonces pensé que se
acercaba un fuerte cambio para este mundo y la humanidad. Al día de hoy, veo
que los humanos seguimos siendo tan estúpidos como siempre, es una verdadera
lástima. Sin embargo, la experiencia sí que supuso un gran cambio para
mí, en mi mundo interior. Ahora intento ser un poco menos estúpido cada día.
Pienso, que nadie puede ayudar al que no se ayuda a sí mismo. Pero doy gracias
de haber tenido la oportunidad, de haber probado el Sagrado Sacramento de la
Iglesia Nativa Americana.
Tal vez los curas, el Papa, y
los ayatolas nos han engañado todos. La hostia es un placébo vacío; un
sustituto interesado del verdadero sacramento que administró Jesús a sus discípulos
y discípulas, que se parecerá más a lo que tomaron en el monte Tabor, donde
se dice que quedaron todos transfigurados, y que estaban todos tan “a
gusto”, que ninguno quería irse de allí...
ARUP 13 Jul 2003
"Peyotes en flor"
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